Ni
tú mismo sabes lo que es exactamente, pero está ahí. Incluso
cuando el silencio te habla durante meses, eso que hay permanece,
aunque tú no lo sepas.
miércoles, 12 de marzo de 2014
jueves, 6 de marzo de 2014
Habitación desordenada
Quiero ordenar mi
habitación, porque está desordenada. Alguien me dijo una vez que
quien tiene la habitación desordenada, también la cabeza, y nunca
falla.
Porque todos mis
pensamientos están aún en esa habitación, caminando sin un sentido
fijo, aunque bien escondidos...para que no los encuentre ni yo misma.
Que en la ropa todavía
está el sabor de esos días que he vivido, en los auriculares
tirados en la esquina de la mesa está la banda sonora de mi vida, y
en mi almohada siguen los sueños que me quedan por cumplir.
Que cada foto es solo el
principio de cada momento que me falta por descubrir y que el espejo
me dice quién soy todos los días, pero no quién voy a llegar a
ser.
Que el futuro es ahora y
el presente ya se ha escapado hace unos segundos, que los días se
deslizan por mis dedos y vivo en un “echar de menos” constante.
No me importa lo que los
demás vean o hagan, porque esto que estoy viendo yo con mi piel
seguramente supere todo lo demás.
A veces pienso que si
ahora mismo nos proyectaran una película de lo que va a pasar ya no
en un año, sino en un mes, no nos creeríamos ni la mitad, porque lo
único que sé es que todo cambia en cuestión de segundos.
Planes. Nos pasamos la
vida haciendo planes, y seguramente el mejor plan sea no planear
nada, pero nos empeñamos en fabricar nuestra vida y en forzar los
momentos, para que luego llegue alguien que desordene todo y tire
nuestros planes a la basura.
Bendigo a todo aquel que
por un día consiguió desordenar mis planes, porque los planes son
solo palabras vacías, y la vida siempre tiene un plan B.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)