miércoles, 12 de marzo de 2014

La chispa y la gasolina


Ni tú mismo sabes lo que es exactamente, pero está ahí. Incluso cuando el silencio te habla durante meses, eso que hay permanece, aunque tú no lo sepas.

Que mi cuerpo solo pide tu voz al oído, las cosquillas hasta morirnos, la misma noche en la misma playa, pero sin gente, sin llamadas y sin prisa.


Hacerme la dormida solo para que me observes como si fuera inalcanzable , como si solo pudieras tocarme sin ser tuya, pero estando en tu mente, una mente que es más mía que de nadie. 


Cada calada nos acercaba más, y una vez cerca, ninguno daba un paso hacia atrás. No sé cuántos besos tontos nos dimos, pero sí sé que me gustaría repetirlos sin fin. 


Recuerdo con nostalgia el sonido del teléfono y los "te quiero" a oscuras que se quedaron en nada. Pero da igual, el tiempo siempre gana y los latidos nos pierden, mientras nosotros nos encontramos.


Que cuando estamos juntos hay de todo menos calma, y sobran las palabras y la ropa.


Mi debilidad es tu sonrisa cuando me mira, me toca y atraviesa mi espalda, cuando comienzan los puntos suspensivos y mi cabeza se convierte en un caos.


Que si mi voz suena bien, tu voz suena mejor que mis palabras, y tus besos caminando por mi cuello suenan incluso mejor que todo eso que acabo de nombrar.


Si utilizase la razón esto sería una locura, pero me guío por impulsos, y este impulso se ha convertido en mi locura preferida.Y lo peor, o lo mejor de todo, es que esto no lo van a poder romper ni personas, ni palabras, ni hechos, porque cuando nos vemos, la llama se enciende y el mundo se apaga...y esa es una de las pocas cosas que sé ahora mismo.



                         

jueves, 6 de marzo de 2014

Habitación desordenada

Quiero ordenar mi habitación, porque está desordenada. Alguien me dijo una vez que quien tiene la habitación desordenada, también la cabeza, y nunca falla.

Porque todos mis pensamientos están aún en esa habitación, caminando sin un sentido fijo, aunque bien escondidos...para que no los encuentre ni yo misma.

Que en la ropa todavía está el sabor de esos días que he vivido, en los auriculares tirados en la esquina de la mesa está la banda sonora de mi vida, y en mi almohada siguen los sueños que me quedan por cumplir.

Que cada foto es solo el principio de cada momento que me falta por descubrir y que el espejo me dice quién soy todos los días, pero no quién voy a llegar a ser.

Que el futuro es ahora y el presente ya se ha escapado hace unos segundos, que los días se deslizan por mis dedos y vivo en un “echar de menos” constante.

No me importa lo que los demás vean o hagan, porque esto que estoy viendo yo con mi piel seguramente supere todo lo demás.

A veces pienso que si ahora mismo nos proyectaran una película de lo que va a pasar ya no en un año, sino en un mes, no nos creeríamos ni la mitad, porque lo único que sé es que todo cambia en cuestión de segundos.

Planes. Nos pasamos la vida haciendo planes, y seguramente el mejor plan sea no planear nada, pero nos empeñamos en fabricar nuestra vida y en forzar los momentos, para que luego llegue alguien que desordene todo y tire nuestros planes a la basura.


Bendigo a todo aquel que por un día consiguió desordenar mis planes, porque los planes son solo palabras vacías, y la vida siempre tiene un plan B.